martes, 8 de abril de 2008

Escribe tu opinión

Tras el día de ayer nos quedan dos posiciones encontradas, por una parte la carta que el Sr. Pomar ha mandado a todos los facultativos, exponiéndonos las bondades de su negociación y por otra el relato de las negociaciones por parte de los miembros del SMLB. A mi no me cabe duda de quien tiene razón en este tema y la verdad es que la carta ha conseguido dar, una vez más, sentido al nombre de este blog. Pero en esta ocasión en vez de dar nuestra opinión queremos que sean los lectores los que opinan lo que piensan y para ello, todos los comentarios serán reenviados al departamento del Dr. Pomar de forma automática y anónima. Ánimo.

Existe la posibilidad de mandarlo también de forma personalizada mediante la dirección de mail que nos han facilitado amablemente:

privera@ibsalut.caib.es

1 comentario:

Anónimo dijo...

Señor Pablo Pomar:



Como usted bien sabe, tiene a la gran mayoría del colectivo médico del IBSalut más que descontento francamente encabronado y manifiestamente soliviantado. Yo no sé si habrá huelga indefinida o no. Si la hay, yo la secundaré hasta el final. Afortunadamente para mí, en mi casa entran otros salarios que no salen de sus arcas y puedo permitirme un permiso sin sueldo un tanto prolongado. Tampoco sé si nuestras movilizaciones tendrán el éxito que buscamos. Ojalá fuera así, pero si no fuera el caso, reflexione acerca del panorama que le espera en el mejor caso posible para usted. En el supuesto de que finalmente no consigamos nuestros objetivos y las movilizaciones se diluyan, el encabronamiento va a permanecer enquistado. Le esperan tres años de guerra de guerrillas contra varios cientos de médicos que estamos dispuestos a hacer que su gestión sea de todo menos fácil. Que su imagen y la de su jefe Thomàs estén a la altura del betún entre un colectivo integrado por profesionales altamente cualificados va a ser lo de menos. Sus sicarios interpuestos a todos los niveles van a tener que implementar un sistema policial de control de hasta el más insignificante de nuestros actos. Vamos a emplear nuestros conocimientos y las mil mañas aprendidas con el tiempo en darle una cumplida respuesta a su arrogancia. No se puede gobernar un sistema sanitario yendo en contra de los médicos. Para que el IBSalut funcione adecuadamente es imprescindible el compromiso individual de los médicos con el sistema, y no puede pedir ningún grado de implicación ni de compromiso a un colectivo al que insulta, al que minusvalora, al que malpaga y al que crispa. Es una forma segura de caminar hacia el fracaso. El desastre que se avecina va a ser responsabilidad suya y de su jefe, el señor Pomar. Cuando me refiero a desastre, hablo de crecimiento de listas de espera quirúrgicas y de exploraciones hasta límites insospechados, hablo de incrementos importantes de las estancias medias, hablo de incremento considerable en fármacos y en material fungible, hablo de colapso de urgencias, hablo de anulación de ingresos programados al no haber camas disponibles, hablo de camas bises hasta en su despacho y hablo de colas kilométricas ante atención al usuario. No es ninguna amenaza. Es una profecía acerca de lo que va a ocurrir inexorablemente si usted y su jefe el señor Thomàs siguen enfrentados al colectivo médico. Obviamente podrá recurrir al conocido recurso de emplear a sus comisarios políticos para controlar a la grey facultativa, pero no va a poder poner puertas al campo. Los sistemas represivos no funcionan a medio plazo y el agua entrará por las junturas por mucha masilla que vaya poniendo.

La única salida digna que tienen usted y el señor Thomàs es dimitir. Renunciar a sus puestos políticos y volver a trabajar como médicos, si es que se acuerdan todavía de cómo se hace. Que sus sucesores tengan otro talante y acepten que la armónica colaboración con el colectivo médico es la única manera de evitar que el sistema se hunda.

Como ustedes son unos inconscientes, seguro que la situación les hará gracia, pensarán que la situación ya escampará y que todo volverá a ser como antes. Pero como decían en aquella revista, tiemblen después de haber reído.



Suyo afectísimo, besa sus nalgas



Dr.Raskatripas