Puede ser que la causa por la que protestamos no sea justa.
Puede ser que no compartamos los objetivos de la misma.
Puede ser que pensemos más en lo que obtendrán nuestros compañeros que en el beneficio potencial propio.
Puede ser que las pérdidas económicas que suponen hacer una protesta se nos hagan un mundo.
Pero lo que no se puede es caer en la hipocresía ni en el que protesten otros que yo ya me beneficiaré.
La actual protesta está basada en la necesidad de que la Administración reconozca nuestro esfuerzo, en la legalidad en los salarios, en la dignidad de los médicos.
Los objetivos son variables en función del área de trabajo en el que desarrollemos nuestra actividad pero todos hemos de entender que somos MÉDICOS. Con todas las letras. Con todo su significado. No debe existir la distinción en médico de aquí, médico de allí. Todos hacemos el mismo trabajo, desde nuestra faceta personal, con los pacientes que se nos asignan.
Por eso no es comprensible que compañeros de nuestro propio medio defiendan los objetivos que les favorecen pero dejen que los demás arriesguen para conseguirlo. No es momento de nadar y guardar la ropa. No se puede pedir una huelga indefinida con la boca pequeña diciendo que los días propuestos son una ridiculez y seguir después haciendo peonadas cada semana.
Hemos de ser coherentes e implacables si de verdad queremos obtener resultados. No valen derrotismos ni pesimismos. Si se va a la guerra se va a ganar y si no, directamente se agacha la cabeza, se sigue trabajando y nada de protestar. Tu derecho ha decidir, a mejorar, ha acabado.
Vivimos un momento, en cierta manera, histórico. La unión de los médicos para reivindicar mejoras en nuestro trabajo nunca antes se ha producido como en esta ocasión, pero corre serio riesgo de quedarse en una simple marejada para la Administración.
De ti depende, con tu actitud, con tus ganas, de que tu voz y tus demandas sean oidas y de lo que se consiga en un futuro.
Puede ser que no compartamos los objetivos de la misma.
Puede ser que pensemos más en lo que obtendrán nuestros compañeros que en el beneficio potencial propio.
Puede ser que las pérdidas económicas que suponen hacer una protesta se nos hagan un mundo.
Pero lo que no se puede es caer en la hipocresía ni en el que protesten otros que yo ya me beneficiaré.
La actual protesta está basada en la necesidad de que la Administración reconozca nuestro esfuerzo, en la legalidad en los salarios, en la dignidad de los médicos.
Los objetivos son variables en función del área de trabajo en el que desarrollemos nuestra actividad pero todos hemos de entender que somos MÉDICOS. Con todas las letras. Con todo su significado. No debe existir la distinción en médico de aquí, médico de allí. Todos hacemos el mismo trabajo, desde nuestra faceta personal, con los pacientes que se nos asignan.
Por eso no es comprensible que compañeros de nuestro propio medio defiendan los objetivos que les favorecen pero dejen que los demás arriesguen para conseguirlo. No es momento de nadar y guardar la ropa. No se puede pedir una huelga indefinida con la boca pequeña diciendo que los días propuestos son una ridiculez y seguir después haciendo peonadas cada semana.
Hemos de ser coherentes e implacables si de verdad queremos obtener resultados. No valen derrotismos ni pesimismos. Si se va a la guerra se va a ganar y si no, directamente se agacha la cabeza, se sigue trabajando y nada de protestar. Tu derecho ha decidir, a mejorar, ha acabado.
Vivimos un momento, en cierta manera, histórico. La unión de los médicos para reivindicar mejoras en nuestro trabajo nunca antes se ha producido como en esta ocasión, pero corre serio riesgo de quedarse en una simple marejada para la Administración.
De ti depende, con tu actitud, con tus ganas, de que tu voz y tus demandas sean oidas y de lo que se consiga en un futuro.
4 comentarios:
Yo propongo que se publiquen qué servicios hacen peonadas. Por lo menos que caiga el oprobio público sobre los esquiroles.
PROFESIÓN
La mitad de los médicos gana poco más que un técnico comercial
Hay que tener mucha vocación para ejercer la Medicina por menos de 45.000 euros brutos al año". La frase pronunciada por Julián Ruiz Ferrán, consultor experto en sociología médica, podría aplicarse a casi la mitad de la plantilla facultativa nacional que, según los resultados de una encuesta presentada esta semana por la publicación 'Medical Economics', cobra sueldos por debajo de esta cantidad.
El sondeo, confirma algo que ya se sabía: que España se ha quedado descolgada en cuanto a las retribuciones médicas. Otro trabajo presentado el pasado año colocaba al país en la séptima posición de un ránking de 10 naciones europeas. Los sueldos de los médicos de Suiza, Noruega y Dinamarca casi duplican los de los españoles, si bien los de los italianos, franceses y belgas están por debajo de los patrios, al menos, en el sector público.
http://www.elmundo.es/suplementos/salud/2008/753/1208556014.html
Las peonadas... ¡Ay! que triste realidad. Sólo representan la realidad. Incluso alguno de nuestros representantes sindicales es partidario de ellas. Son los que sólo defienden sus intereses particulares. Son los de siempre. ¿Cuándo seremos maduros y capaces de verlo? Seguramente nunca.
Hola a todos.
Tendría que ponerme en contacto con Isidro Torres o algún otro responsable del SIMEBAL.
Me podríais mandar su email ?
El mío es 2003185@gmail.com.
Es urgente.
Gracias.
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